Con el verano llegan las vacaciones para los niños y aunque no lo quieran, se alteran algunos hábitos que tanto ha costado a los padres fomentar y mantener durante el año. Esto es normal, pero hay que poner ojo en cómo cambia la rutina y las necesidades que surgen. Lo natural es que aumenten las horas de juego al aire libre, que cambien la alimentación y el horario y duración del sueño.
Ene142018