Los asistentes disfrutaron de una fiesta que recordó el trabajo iniciado por el fundador del Hogar de Cristo, para entregar mejores oportunidades de vida a las personas que viven en pobreza y exclusión social.
Con el objetivo de construir un Chile con más respeto, justicia y solidaridad, cerca de 1.000 personas asistieron a la tradicional Cena Pan y Vino que el Hogar de Cristo realizó en Rancagua, evento que reunió a autoridades de Gobierno, eclesiásticas, políticos, empresarios y rostros de televisión en torno a una mesa sencilla, en un gesto de compromiso con quienes más lo necesitan.
Mauricio Carvacho, director ejecutivo del Hogar de Cristo sede O’Higgins, señaló que “la Cena Pan y Vino es una instancia fundamental para difundir el mensaje del Padre Hurtado y nos inspira a continuar su legado, pues en esta mesa convergen distintos actores unidos para compartir los anhelos que tenemos como país y saldar la deuda que tenemos con los más necesitados. Nos invita a analizar con altura de miras para entender que frente a nosotros está la gran oportunidad de construir conjuntamente un país más justo e inclusivo”.
La Cena Pan y Vino, que se realizó en el Club Ansco de calle Gil de Toledo 804, contó con la animación del periodista Juan Pablo Queraltó y la presencia de la actriz Magdalena Müller, el modelo Patricio Laguna y el animador Matías Vega. Mientras Álvaro Salas puso la cuota de humor al evento, el show musical estuvo a cargo del grupo nacional Natalino y la banda tributo Los Beetles.
“San Alberto Hurtado decía que una sociedad con sentido social es la misión de todos nosotros, por eso hoy celebramos alegremente el trabajo que el Hogar de Cristo realiza a diario con más de 21 mil personas que viven en pobreza y desigualdad. Nuestro desafío es mejorar sus condiciones de vida, entregar nuevas y mejores oportunidades y para ello la ayuda, compromiso y solidaridad de todos es indispensable”, añadió Carvacho.
En este evento benéfico el Hogar de Cristo agradeció a las miles de personas que, de manera permanente y generosa, se hacen parte en este legado de solidaridad y permiten continuar la misión encomendada por su fundador y de esta manera poder ayudar a las casi 52 mil personas que viven en situación de vulnerabilidad en la Región de O’Higgins.