Guardaparques aprenden analizar fotografías de las cámaras trampa en los parques nacionales

Guardaparques aprenden analizar fotografías de las cámaras trampa en los parques nacionales

En la actualidad, el 40% de las unidades que componen el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), poseen cámaras trampas, tanto en forma directa como en convenio con algunos planes de conservación de entidades externas. No obstante ello, la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que administra y gestiona este sistema que está compuesto por 36 parques nacionales, 49 reservas nacionales y 16 monumentos naturales, sigue fortaleciendo esta labor para alcanzar mejores estándares para la ubicación de estos aparatos y a la vez estandarizar el análisis de los datos obtenidos.

En este contexto, la gerencia de áreas silvestres protegidas de la Corporación, a través del departamento de planificación y desarrollo, está implementando el sistema de estándares abiertos para los planes de manejo de las unidades, donde un elemento central es conocer bien los objetos de conservación (flora o fauna) y en este aspecto, las cámaras trampas son esenciales para detectar la fauna nativa, como también la amenaza, es decir, presencia de animales domésticos o especies invasoras.

El nuevo esquema de trabajo se implementó en 5 unidades, que son el Parque Nacional Pan de Azúcar, Parque Nacional La Campana, Reserva Nacional Río Los Cipreses, Parque Nacional Alerce Costero y Reserva Nacional Jeinimeni, por lo cual sus guardaparques están realizando inducción y capacitación en la metodología de las imágenes y análisis de datos, con el objetivo de unificar criterios en el proceso de diagnóstico.

Sólo durante este año, en estas 5 unidades, se han monitoreado 240 lugares al interior de ellas, generando miles de fotografía que han registrado fauna que si bien se creía que estaba presente en estos lugares, no había constatación física (como el gato colocolo en el Parque Nacional La Campana), como también la presencia de amenazas.

«Los registros obtenidos son nuestra base de datos para tomar decisiones a partir de lo que levantamos desde el territorio. Este proceso de fortalecimiento del SNASPE, que hemos impulsando desde hace tres años, también lo hemos articulado junto con la academia y así mostrar resultado de nuestra gestión en beneficio de la comunidad y especialmente de la flora y fauna de nuestro país», indicó Fernando Aizman, Gerente de Áreas Silvestres Protegidas de la Conaf.

El taller fue apoyado por Constanza Napolitano, del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile; y Eduardo Silva, docente de la Universidad Andrés Bello, quienes expusieron sobre el sistema de clasificación y análisis de datos, y los fundamentos teóricos del monitoreo con cámaras trampas, respectivamente.

«El valor de poder hacer monitoreo a través de las cámaras trampa, es la materia prima sobre la cual se toman decisiones de conservación, y es la información básica para manejar el territorio», señaló Constanza Napolitano. Además, indicó que para los investigadores es una responsabilidad vincularse con los organismos públicos que trabajan en el medio ambiente para generar vínculos y colaborar entre ambos.

Finalmente, el jefe del Departamento de Planificación y Desarrollo de áreas silvestres protegidas de la Conaf, Maximiliano Sepúlveda, informó que este año se están incorporando también a la nueva metodología de estándares abiertos, donde el eje del trabajo se centra en los objetos de conservación y tomando en cuanta una alta participación ciudadana, el Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández, la Reserva Nacional Río Clarillo, la Reserva Nacional Nonguén y el Parque Nacional Yendegaia.