Bullying en colegios: ¿Cómo deben mediar los establecimientos educacionales ante casos de violencia?

A pocas semanas de iniciado el año escolar y tras el retorno a las clases presenciales, se han viralizado en redes sociales varios videos dando cuenta de un drástico aumento de la violencia en colegios. La escalada de peleas, ataques y bullying entre estudiantes tiene a las comunidades educativas en alerta, lo que ha llevado a expertos a evaluar sus causas, las consecuencias socioemocionales del encierro y cómo debiesen trabajar los colegios en una reinserción adecuada de los estudiantes.

Carola Quinteros, directora de Escuela de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad San Sebastián (USS), asegura que durante estos dos años de aislamiento a causa del COVID-19, los niños y adolescentes han perdido habilidades sociales: “Se trata de habilidades básicas que les enseñamos a los niños en los primeros años de escolaridad, tales como iniciar conversación, escuchar, responder, hacer preguntas, que son los cimientos para desarrollar la empatía, la asertividad, la capacidad de escucha, y sirven para resolver conflictos; para la capacidad de definir un problema y evaluar las posibles soluciones”, asegura.

Para la académica, estas habilidades han sido la última prioridad en lo que tanto establecimientos, como padres, han trabajado: “Y es muy entendible”, indica. “Seguimos viviendo una situación muy compleja y excepcional, donde cada uno de nosotros ha aprendido a salir adelante con las herramientas que tenía. Sin embargo, ahora nos toca volver al contexto real, a interactuar con otros y vemos que tenemos nuestra frustración muy baja; no sabemos cómo resolver conflictos y nos vamos a las manos”, afirma. “La pandemia, el aislamiento y el contexto de violencia está siendo la respuesta inmediata a lo que hemos vivido”, finaliza la profesional.

La psicóloga educacional Isidora Mena Edwards, Directora del Programa Valoras UC y docente invitada del Diplomado en Gestión de la Convivencia Escolar de la Universidad San Sebastián, indica que “se ha estudiado que la interacción con pares es el mejor vehículo para muchos aprendizajes, y para eso se requiere aprender cierto tipo de competencias de la socioafectividad”. Entonces, ante la ausencia de esos vínculos, más se dificulta el aprendizaje.

Mediación positiva: el rol de los establecimientos

Durante la pandemia no solo se acabaron las clases presenciales; también se anularon programas que hacen los colegios, como el reforzamiento de valores positivos, algo que urge retomar.

“Los colegios deben hacer formación preventiva; formar en valores como empatía, solidaridad, amistad, aceptación de las diferencias, empoderado a los niños para hacer frente a situaciones que no le son agradables e invitándoles a decir las cosas directamente, no agresivamente”, asegura Carmen Birke, directora del Diplomado en Gestión de la Convivencia Escolar USS, sede Patagonia.

Según Isidora Mena, “lo primero es tener en la escuela un programa de formación socioemocional serio. Esto implica orientación, y el modelo de todos los adultos del colegio. Así también una gestión real de los Manuales de Convivencia en enfoque formativo. Entender bien qué es un reglamento y la disciplina en enfoque formativo, pues allí hay muchas confusiones. Con eso está el 80% del camino hecho”.

Manejo de conflictos

Respecto a estudiantes que utilizan la violencia, Mena señala que “es importante que la escuela pueda comprender de dónde viene la rabia y ayudar a resolver aquello, o a hacerlo consciente y mostrar otros caminos para expresarla. Los talleres de teatro, pintura, música, escritura o danza también son buenas instancias para que los y las estudiantes puedan expresar y elaborar sus emociones. Muchas personas violentas no saben no serlo, o han tenido modelos de violencia”.

Hablar con las familias de niños agresores es una labor del establecimiento, en la que se debe poner especial cuidado. “Es muy raro que los padres asuman de buenas a primeras que su hijo es un agresor. Pero también es uno de los temas que hay que lograr”, indica la docente. También es probable que esos niños requieran terapia: “los colegios deben exigir esto a las familias cuando es necesario, lo que suele estar dentro del protocolo de convivencia”, señala Carmen Birke.

Fomentar la resolución pacífica de conflictos es también una estrategia recomendada: “formar mediadores en convivencia escolar, capacitando a los estudiantes con más habilidades sociales, que no son agresivos y se llevan bien con la gente. Ellos hacen el rol de mediador, que pasa a tener una significación bien grande”, asegura Carmen Birke. Algo que también ayuda a las víctimas, es que los padres del agresor le pidan a su hijo disculparse. Lo que no se puede hacer, advierte, es carear al agresor con la víctima: “eso no va a permitir que la víctima pueda hablar frente al agresor, porque le tiene pavor”.