Falleció Francisco “Pancho” Astorga, poeta y cantor popular. El canto popular está de duelo, pues ha fallecido el más auténtico de los cultores de este género poético.
Conocí a Pancho Astorga cuando me desempeñaba en el Consejo de Cultura de la Seremi de Educación de la Región de O’Higgins.
Allí llegaba con sus proyectos culturales relacionados con su especialidad. Hombre modesto y sencillo, vestía como cualquier campesino, nada denotaba que fuera docente universitario y académico de la lengua por su contribución al desarrollo del folklore.
Daba la impresión de que había dejado el caballo afuera, antes de subir la escala. Se había dejado una barba abacial, y con esta pinta participaba en eventos culturales. Lo conocí mejor cuando me invitó al Rincón de Codegua a observar un trabajo suyo con poetas populares. No actuaba como académico y su relación con los poetas era amistosa.
Existía un respeto mutuo entre poetas y nadie quería destacar entre iguales. Cuando se prescindió de su presencia en el TE DEUM un 18 de septiembre, viejo canto gregoriano, lamenté que en una fecha importante para el país se olvidara una parte de nuestra nacionalidad y de sus tradiciones El canto popular tiene una larga vigencia en el mundo hispánico, sobre todo en el campesinado.
Cantar a lo humano en un evento religioso que tiene un enorme significado para el pueblo se mantiene impoluto en nuestras tradiciones. Pancho Astorga fue uno de sus grandes impulsores. Es una pena su partida y una inmensa pérdida para los seguidores de este proceso –el canto a lo poeta- y de seguro hoy muchos otros poetas populares ya están cantándole, como un homenaje, al mejor de sus cultores. Efectivamente, su labor ha quedado trunca, pues con la partida de Pancho Astorga, artista de gran valor conceptual, queda una obra inconclusa y una presencia poética y humana que se echará de menos.
A “Pancho” Astorga
Pancho Astorga payador. Era figura señera, con su voz de enredadera y verso puro esplendor. Pancho fue gran señor, gran payador nacional; sus payas eran un panal. Acordes quedaron mudos. La garganta se hace un nudo; da pena no oírlo más.
Jaime Herrera Román